
La serie Por trece razones lo dejó más que claro: los rumores y las mentiras no son ninguna broma. Nadie, desde alumnado, pasando por profesorado y otras personas, están exentos de sufrir por desinformación hiriente. Por eso es importante entender el poder de la información (pero también de las mentiras) en los institutos y colegios, lugares claves para la socialización de los y las jóvenes. El reto será elaborar un protocolo antibulos que especifique cómo se actuará si se detecta alguna información falsa sobre las personas o el funcionamiento del centro.